“Desde CHA-Uesca vamos a emprender una campaña para dar a conocer la aberración que se pretende llevar a cabo, el derribo de un patrimonio datado en el siglo XVI, cuando lo que se necesita es una recuperación y rehabilitación integral respetuosa, para albergar unos usos que aseguren que este va a ser un edificio vivo, referencia para nuestra ciudad y el casco antiguo”, informa Sonia Alastruey, coordinadora de CHA-Uesca

El Ayuntamiento de Huesca/Uesca ha desperdiciado una oportunidad para mostrar su compromiso con el patrimonio histórico de nuestra ciudad, al negarse a declarar, Monumento de Interés Local el antiguo Seminario. Se rechaza la Catalogación de Edificios de Interés de los edificios que configuran los dos patios, uno del siglo XVI, núcleo fundacional del Seminario, adosado a la iglesia románica, y otro del XIX,  cuando estos espacios al contrario que la iglesia de la Santa Cruz, dos de las fachadas y el porticado de uno de esos claustros, no tienen protección patrimonial y pretenden ser derribados incomprensiblemente.

Pretender conseguir fondos europeos del programa Next Generation para financiar los 14 millones con los que desarrollar un proyecto que supone un atentado más al patrimonio y la historia de nuestra ciudad al derribar una parte del mismo, nos parece cuando menos sorprendente. “La alternativa racional debería de pasar por una recuperación y rehabilitación integral para, con nuevos usos, -algunos de los que se plantean son cuando menos cuestionables-, conseguir un edificio referencia para nuestra ciudad, y punta de lanza para revitalizar el casco antiguo”, explica Sonia Alastruey, coordinadora de CHA-Uesca.

“Y es que una vez más el ayuntamiento actúa con falta de transparencia, medias verdades, nula participación ciudadana y contraviniendo los informes técnicos más solventes que prescriben el mantenimiento integral, puesto que la parte a derribar, las edificaciones que rodean el patio interior, el más antiguo, tienen un papel estructural en su conjunto, y por ello desde CHA-Uesca vamos a emprender una campaña para dar a conocer la aberración que se pretende llevar a cabo, derribando un tercio del edificio datado en el siglo XVI”, ha informado Alastruey.

“Desgraciadamente estamos seguros que de desarrollarse el proyecto tal como se plantea en este momento, lo primero que se llevará a cabo  será la demolición de la parte que no han querido proteger, y luego dudamos que pueda ejecutarse de forma tan agresiva y poco respetuosa, porque es evidente que los restos que aparecerán en este edificio impedirán llevarlo a cabo  tal como se pretende, y es que es un dislate derribar patrimonio que alberga siglos de historia en un edificio que como ninguno antiguo puede verse exclusivamente con la mirada de los tiempos que vivimos”, ha concluido Sonia Alastruey.