Cada día más, todos usamos internet como adalid de la libertad de viajar por la redes en búsqueda del ”todo”. Creemos que es la libertad de expresión total, el almacén donde todo se guarda, la enorme biblioteca gratuita a donde poder ir a consultar lo que necesitamos o el almacén de nuestras ideas, de la realidad auténtica, de lo que sucede y de los pensamientos más libres que intentan adivinar qué nos va a suceder. Esta telaraña es inmensa y en ella podemos buscar remedios para nuestras enfermedades, libros para leer, noticias o fotografías, comentarios o recetas de cocina, pedagogía o aprendizajes.
Es tan enorme…, que es totalmente manipulable por los que quieren manipularnos a todos. Aprovechemos que hoy escribo disfrazado de agorero, para ver algunas pinceladas preocupantes.
Si bien internet nace para promover y repartir el bien común entre ciudadanos, para facilitar la comunicación de las informaciones, enseguida algunos se dieron cuenta que era un sistema perfecto para manipular pensamientos. Para guardar los valores que algunos quieren conservar y propagar por encima de todos los demás. Como ya nadie es tonto, y estos tampoco lo son, decidieron que había que hacerlo de forma que no se notara la manipulación, para que nadie salga escaldado de los sitios. La mejor forma de manipular es dar una dosis de libertad controlada y controlable.
¿Quien crea contenidos de gran uso para internet? ¿quien controla lo que se publica y lo que no debe pasar el filtro? ¿quien tiene poder económico para poner controles de acceso o de contenidos? Fijémonos en donde radican las grandes empresas que controlan internet. Desde los grandes servidores, a los enormes nudos de reparto de información, desde todos los blog a las grandes redes sociales. Pensemos por un momento en quién es el propietario del grifo de todo este sistema.
Nosotros con este blog gratuito simplemente estamos regalando los contenidos a una empresa que nos los deja almacenar en SUS almacenes para que los ciudadanos libres los puedan leer cuando les venga en gana. Pero el que domina y es dueño de los contenidos es una empresa y unos almacenes a los que no tenemos acceso legal. Las leyes que controlas estos flujos son de un país que no es el nuestro, al que pueden cambiar las normas unas personas que yo ni de lejos conozco ni elijo. Que las cambiarán no por nuestro bien como ciudadanos aragoneses, sino por el bien de sus propios ciudadanos, como es lógico además.
Sin entrar en cuevas complejas, hay un dato aterrador. Los lobbies del poder de todo tipo, tienen dinero y tecnologías para poder llenar internet de contenidos favorables a sus tesis, sin que nos demos cuenta de ello. Cuanto más grande es una empresa, más capacidad tiene para llenar con sus contenidos todo. Eso, sí, tras estudiar tu comportamiento como visitante de internet, y saber que no quieres marcas, que solo admites lo que parece blanco y neutro, que no entrarías en un lugar donde las empresas firmaran sus contenidos.
En política sucede igual. Los grandes partidos, nuevos o viejos, de la política aragonesa o española, tienen decenas de lugares desde donde emanan sus informaciones y opiniones, sin que aparezca el nombre de quien paga o sustenta. Uno puede creer que ese lugar es guay, pero no sabe quién está detrás. Hay un truco para sospechar. Cuando un lugar es gratuito, con poca publicidad y contenidos muy bien elaborados y de calidad, cuando se ve un diseño y una construcción profesional, normalmente es que alguien paga a unos profesionales para que lo mantengan vivo. ¿Quien? No lo sabemos. O casi no lo sabemos.
Pero las estrategias de marketing funcionan muy bien para distorsionar la información que sale a la luz y para pulir y dar brillo sin producir miedo o susto. Si cada día y de media vemos la pantalla de nuestro teléfono móvil unas 150 veces (ya, ya, ni tu ni nosotros llegamos a esa cifra, lo sé, je je) imaginaros qué chollo poder influir en un acto tuyo, libre y decidido por tí, para meterte sus ideas, sus productos, sus informaciones. Claro, claro, no en las 150 veces. Para engañarte, solo lo hacen en 15 veces, el resto son contenidos gratuitos y entretenidos, para que sigas entrando a mirar. Son profesionales de la venta de contenidos.
Julio Puente