El responsable del Ministerio de Fomento, Iñigo de la Serna, anunció, el pasado 6 de febrero de este año, su intención de implantar un nuevo servicio denominado “EVA”, alta velocidad ferroviaria “a bajo coste”. En una primera fase, según se indicaba por parte del máximo responsable de infraestructuras del Gobierno de Mariano Rajoy, funcionaría solamente en el eje Madrid-Barcelona (aeropuerto del Prat concretamente) con una frecuencia de cinco trenes al día. Ofreciendo toda una serie de ventajas para el usuario que irían desde el coste del billete,
aproximadamente un 25% más barato que la tarifa habitual de AVE, hasta diferentes innovaciones tecnológicas sea en la contratación del billete o en los propios servicios de los convoyes, con la posibilidad de usar red wifi, por ejemplo. El objetivo final es lógicamente mejorar el servicio y atraer por tanto nuevos usuarios al ferrocarril.
De hecho, según se indica desde fuentes oficiales de Renfe, se conseguiría, con esta nueva propuesta de servicio, que “al menos 400.000 viajeros que utilizan vehículo propio normalmente para el trayecto Madrid-Barcelona utilicen en un futuro el tren y que hasta 250.000 usuarios se sumen al uso de la alta velocidad motivados gracias a la implantación de esta línea EVA”.
Sin embargo, y es que siempre hay un “pero” cuando se trata de Aragón, mientras que sí se anunció públicamente la decisión de establecer una parada intermedia de este servicio EVA en la estación Camp de Tarragona, al objeto de favorecer también a las personas que utilicen este nuevo servicio, las estaciones de esta línea ubicadas en Aragón, Zaragoza y Calatayud, quedarían, de momento, excluidas de estos beneficios.
Consideramos desde Chunta Aragonesista que es necesario establecer estas mismas ventajas para los usuarios que utilicen el servicio desde Zaragoza y Calatayud, desde el primer momento de su puesta en funcionamiento. Y lo proponemos porque permitiría una mejora en la movilidad, contribuiría al incremento de la actividad económica y turística en Aragón, favorecería la seguridad vial y supondría, además, que todos los usuarios de este eje ferroviario tuvieran las mismas oportunidades a la hora de utilizarlo, independientemente de donde sea su estación de destino o llegada.
La noticia también provocó afortunadamente una reacción inmediata en prácticamente todo el tejido social y político aragonés, dado que la respuesta fue tan contundente como clara a favor de estas paradas en Aragón. La demanda del EVA tuvo un respaldo casi unánime, solo el Partido Popular prefirió “sentar en el vagón de primera clase” sus compromisos con su sede en la calle Génova de Madrid y “dejar sin asiento” la reclamación aragonesa.
Ha llegado el momento de reclamar al Gobierno de España que se pronuncie definitivamente y opte por incluir la estaciones de Zaragoza y Calatayud entre las beneficiadas por los nuevos servicios de Alta Velocidad que se implanten en 2019, en la modalidad denominada EVA, por las indudables ventajas de todo tipo que supondría para las personas usuarias del ferrocarril.