Los compañeros y compañeras de CHA vivimos un momento muy triste, se nos ha marchado una compañera, una líder nata que nos ha enseñado a luchar por Caspe y la comarca, pura energía, alma de este equipo. Libre y transparente, directa y tenaz, nos ha enseñado a vivir con coherencia, a implicarnos y a trabajar para conseguir el bienestar colectivo entendiendo que somos responsables de que las cosas cambien.

Nos encontramos con ella bajo las siglas de un mismo partido de izquierdas y aragonesista pero Prado, a través de sus cargos institucionales, ha sido timón, referente e impulso para la política general de Caspe. Desde sus responsabilidades como concejala en el ayuntamiento, ejerciendo como alcaldesa en funciones en determinadas ocasiones, como consejera comarcal o como presidenta del ligallo, ha sido torrente de nuevas ideas y proyectos.

Prado siempre ha creído en las posibilidades de Caspe y la comarca, en la necesidad de despertar de un aletargamiento funesto, y de su labor nos queda el impulso a los medievales, la apuesta por la cultura con ejemplos como la Muestra de Teatro Infantil; su pasión por la naturaleza y la recuperación de los entornos, la puesta en valor de lugares singulares como la escuela de Miraflores, la creación del parque de salud de Entrepuentes, esos pasos firmes por devolverle el esplendor al río Guadalope. Hasta el último momento ha seguido impulsando proyectos, como la recuperación del Hospital de Santo Domingo, la defensa del ferrocarril o su apuesta por la agroindustria como fórmula de futuro. Para Prado la política ha sido una forma de estar en la vida, ha sabido apoyar a los emprendedores y defender aquellas buenas iniciativas.

En su regazo, junto a ella alrededor de una mesa, hemos aprendido a vivir con pasión y a trabajar también desde la alegría, con espontaneidad y con igualdad. Nos deja un legado muy interesante, un modelo de cómo hacer las cosas y una forma de pensamiento avanzado, sin rencores, sin miedos, con sinceridad y humildad. Ella nunca esperó reconocimientos públicos ni recompensas, sabemos que la mejor manera de honrarla es siguiendo su ejemplo. Prado, siempre en nosotros y nosotras.