Llevo semanas preguntándome qué pensaran los ciudadanos del espectáculo que día tras día están dando los políticos en los medios de comunicación. Y me lo pregunto porque, aunque haya participado como concejal en el ayuntamiento de mi pueblo los últimos quince años y formo parte de la “clase política”, en muchas ocasiones me sorprendo del bajo nivel del debate de los referentes políticos actuales, de la banalización del arte de la política en los partidos y las instituciones, de que vale más gritar que convencer… Si pienso yo esto estando “dentro”, qué pensarán ustedes, queridos lectores. Como decía Labordeta, “A veces me pregunto qué hago yo aquí…”.

En lugar de anunciar iniciativas o plantear propuestas para mejorar nuestra sociedad, la noticia jugosa se centra en el reproche, en el ataque, en el titular más hiriente posible para atraer la atención del espectador. Que si los estudios superiores de los currículum son una engañifa…Que si éstos prometieron una cosa que los otros también prometieron, pero al final el uno por el otro y la casa sin barrer (véase el cruce de reproches de los últimos días sobre la banda ancha en Teruel entre PP, PSOE y Diputación de Teruel, me pareció lamentable). Que si tú robas más que yo… En fin, paro aquí que acabaré diciendo alguna burrada.

A un nivel más cercano, también he detectado en nuestra querida tierra turolense cierto relajamiento o “dejarse llevar” por parte de nuestros dirigentes políticos; tan grave es la mala acción como la inacción. El agotamiento y la falta de relevo en nuestros representantes públicos se está empezando a notar descaradamente en algunas de nuestras administraciones, igual que en el asociacionismo, en los negocios, en el campo… Ésta puede ser la amenaza más importante para Teruel, el relevo generacional en todos los ámbitos de la sociedad. En las próximas elecciones gente que hasta ahora no ha salido en la foto tiene que implicarse, dar un paso al frente para intentar reconducir las propuestas y las iniciativas políticas hacia algo más ilusionante, dinámico e innovador, que permita ver el futuro con algo más de esperanza. No demos la espalda nunca a la política y a la democracia, porque si no otros la harán por nosotros y luego vienen los lamentos.