Todos estábamos pendientes de la visita del Ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal, a nuestra comunidad autónoma, con el objetivo de formalizar de una vez el Convenio Marco de actuación para la minería del carbón y las comarcas mineras en el periodo 2013-2018. Una firma que llega para dar impulso económico a estas comarcas nuestras tan necesitadas en esa real reconversión del sector energético, y que llega en el fin del periodo marcado, en 2018, tarde. Un Convenio Marco al que nuestra comunidad autónoma tiene que proponer al Instituto para la Restauración de la Minería del Carbón (IRMC). Unas propuestas de proyectos socioeconómicos, para el sostenimiento de nuestras comarcas.

Con este fin ya, el pasado 10 de mayo de 2017, se reunía la mesa de la minería para valorar esas propuestas de los municipios, con el resultado final de un total de 46 proyectos por un valor de 33.789.666 €, señalando que la prioridad fundamental, a la hora de dar prioridad a los proyectos, era la generación de empleo, esperando que el mayor impacto económico de estas inversiones llegue más allá del empleo generado en la ejecución de estas infraestructuras.

Teniendo en cuenta que, estas ayudas están dotadas con 250 millones de euros y, a repartir entre tres regiones, en Aragón nos podremos beneficiar de alrededor de 20 millones, modulados por anualidades. Por lo tanto, rondaremos la cifra de 5 millones por año, lo que conlleva que, difícilmente podremos acometer la ambiciosa propuesta de esta mesa.

Aunque la otra noticia del día ha sido sin duda, las declaraciones del ministro: “El Gobierno quiere mantener el carbón, el gas y la nuclear mientras sean rentables” que de momento levanta el pie de la incertidumbre a corto plazo del anuncio del cierre de la central de Andorra para junio de 2020, como así amenazaba ENDESA al no invertir. Para esto, el Gobierno plantea proposición de ley para regular el cierre de estas instalaciones irrentables y, ahora parece que, el carbón de Teruel, si lo es.

Hoy necesitamos las dos noticias, pero la realidad va mas allá, necesitamos ser capaces de afrontar con ciertas garantías una transición justa.