Entrevista realizada a nuestra compañera Sagrario Ara, alcaldesa de Salvatierra de Esca y publicada en Heraldo de Aragón el pasado día 12 de noviembre.
Cuatro mujeres se hicieron con el equipo de gobierno de Salvatierra de Esca por CHA en 2015. Así es. El mandato anterior habíamos estado con una comisión gestora del PP. Nos sentíamos abandonados y no queríamos continuar igual. Nos presentamos con la idea de cambiar la situación y salimos elegidas. Al año, la alcaldesa renunció y decidieron que la sustituyera yo, que soy la que más estoy en el pueblo.
Salvatierra de Esca está en Zaragoza y pertenece a la comarca de la Jacetania. ¿Cómo les afecta esta situación geográfica? Muchas veces tienes la sensación de que estás dejado de la mano de Dios. Dependemos de la DGA y de la DPZ, en Zaragoza, que está a más de dos horas en coche, pero somos de la comarca oscense.
¿Tienen más relación con Pamplona o con Zaragoza? Aunque hay mucha gente de Salvatierra que vive en Zaragoza y que viene los fines de semana, hacemos más vida en Pamplona por estudios o médicos. Estamos a menos de una hora de distancia.
Salvatierra tiene 200 vecinos, pero a principios del siglo XX rozó los 1.000 habitantes. Salvatierra tiene una pedanía, Lorbés, donde ya no queda nada. En proporción, lo mismo pasó aquí. Llegó un momento en el que la gente empezó a emigrar a Zaragoza, Pamplona, Tolosa… Se han mantenido las casas, pero la mayoría del tiempo, sobre todo en invierno, están vacías. Pero llega verano y no queda ni una por abrir.
¿Su casco urbano está declarado conjunto histórico-artístico? Para lo bueno y para lo malo. Es medieval, precioso, pero Patrimonio hace bastante difícil mantener el pueblo en condiciones. Las leyes se ponen en la ciudad y no se tiene en cuenta a la gente que vive en los pueblos.
¿Desde aquí lucharon para cambiar la ley de incompatibilidades? Cuando entramos al Ayuntamiento no teníamos ni idea de que si eres cargo político tus familiares no pueden trabajar para ese organismo. Nos pareció super injusto. Y el ejemplo lo teníamos en Navarra. CHA presentó una moción en la DPZ y ahora la ley está en tramitación en las Cortes.
¿Tienen uno de los monasterios más antiguos de Aragón? Esa es otra. Este verano pedimos una subvención para recuperarlo y ponerlo en valor, porque está en ruinas, y nos dijeron que no tenía valor histórico.
¿Con qué servicios cuentan? Hay colegio, con unos 20 niños, panadería, farmacia, tres tiendas, cuartel de la Guardia Civil, biblioteca y museo etnológico, con piezas donadas. El médico pasa todos los días, menos el miércoles.
¿Su entorno natural es uno de sus atractivos? Tenemos la foz de Burgui y la de Sigüés. Hemos puesto en marcha una ruta de BTT y hay gente que ha puesto zonas de escalada.
¿Ya se han recuperado tras la fuerte tormenta de primavera? No, estamos intentando arreglar lo que el desbordamiento del río dejó a su paso. Hubo muchos daños en campos y pistas. Se llevó puentes, la carretera, una fuente…
¿Qué otros retos se marcan? Solo hay una casa de turismo rural y necesitamos más alojamiento. También estamos trabajando con los pueblos zaragozanos de la Jacetania en sanidad, turismo o envejecimiento.