José Manuel Salvador y Marco Negredo, miembros del Consello Nazional y portavoces de CHA en la Comarca de Andorra-Sierra de Arcos y en el propio Ayuntamiento de Andorra, ante las noticias del cierre de la Central Térmica de Andorra para el año 2020, anunciado por Endesa, manifiestan que es necesario, y de forma urgente, un compromiso político para impulsar de una vez por todas un verdadero programa económico viable, sostenible y alternativo para Andorra y sus comarcas mineras. No podemos estar al albur de la actuación de una empresa que ha obtenido grandes beneficios en la gestión de la Central y que ahora abandona a su suerte la vida y la propia supervivencia la zona.

Las contradictorias informaciones hechas públicas sobre el inminente cierre de la central térmica de Andorra, demuestran que se hace necesario un compromiso urgente para desarrollar todo un programa alternativo para las comarcas mineras aragonesas.

No podemos estar en la comarca pendientes del balance de una empresa privada. Es necesario actuar desde las administraciones públicas responsables para conseguir dos objetivos básicos: la prolongación del cierre de la central térmica en 2025, disponiendo así del tiempo necesario para impulsar un programa, consensuado y con financiación suficiente, como alternativa viable y sostenible para asegurar el futuro de nuestro territorio. No podemos olvidar que tanto PP como PSOE nunca han hecho en el Gobierno lo que prometían en la oposición respecto a este tema.

CHA apuesta por una propuesta económica basada en diversos aspectos complementarios, como son el de la mejora de las infraestructuras públicas existentes como, por ejemplo, convertir en autovía la N-232, o el aprovechamiento de la vía férrea Tarragona-Central hasta la antigua estación de Andorra como línea de mercancías, para facilitar la llegada de nuevas empresas vinculadas a las energías alternativas; apostar por nuevo sistema “yacimientos de empleo más verde”, además de otros usos para el carbón fomentado la I+D+I, sin olvidar otras opciones que pasarían por el sector agrícola con una nueva alternativa de agua con las concesiones hidráulicas de las que en la actualidad dispone la central Térmica de Andorra.