José Peralta, portavoz de CHA en el Ayuntamiento de Peñalba, recuerda que “la liberalización de la AP-2 se trata de una reivindicación histórica de Aragón para mejorar la seguridad de la N-II, pero la disminución de tráfico en esta carretera conllevará repercusiones negativas para la economía local, por lo que es fundamental una buena conectividad con los cascos urbanos de poblaciones como Peñalba y Candasnos que no cuentan con acceso a la AP-2”
“CHA ha registrado una propuesta de resolución en el Ayuntamiento de Peñalba para que este solicite a la Delegación del Gobierno en Aragón, la información resultante del Estudio de tráfico y las necesidades de actuaciones en el tramo Zaragoza-Vendrell de la N-II, en lo concerniente a este municipio, especialmente en lo relativo a la conectividad y supresión de las guías longitudinales sonoras existentes en la N-II a su paso por nuestro núcleo urbano”, informa José Peralta, portavoz municipal.
Y es que el próximo 31 de agosto caducará la concesión de la AP-2, revertirá al Estado y se liberaliza el tráfico. Por ello el pasado mes de marzo el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana adjudicó la redacción del “Estudio de tráfico y las necesidades de actuaciones en el tamo Zaragoza-Vendrell de la N-II”, con el objeto de determinar las mejores soluciones en relación con la remodelación de enlaces existentes o la implantación de otros nuevos y fijar los plazos de ejecución, así como un estudio de tráfico y de movilidad del entorno viario.
“Estas actuaciones requerirán de la preceptiva redacción de proyectos antes de poder licitar las obras, por lo que nos encontramos ante una evidente ausencia de planificación temporal del Gobierno de España, puesto que la fecha de caducidad era conocida, deberían de haber empezado mucho antes los trámites”, afirma Peralta.
Y es que la liberalización de la AP-2 se trata de una reivindicación histórica de Aragón, puesto que permitirá rebajar el tráfico pesado que discurre por los peligrosos 91 kilómetros de la N-II que van de Fraga a Alfajarín y que se ha cobrado un número de víctimas insoportable.
Son once los municipios afectados en Aragón, (Alfajarín, Nuez de Ebro, Villafranca de Ebro, Osera, Pina de Ebro, La Almolda, Bujaraloz, Peñalba, Candasnos, Fraga y Torrente de Cinca) los cuales verán aumentada la seguridad vial, pero por el contrario dejarán de cobrar dos millones de euros al año en concepto de Impuesto de Bienes Inmuebles, a lo que hay que sumar que la disminución de tráfico por la N-II supondrá repercusiones negativas para la economía local, por lo que es fundamental una buena conectividad con los cascos urbanos de poblaciones como Peñalba y Candasnos que no cuentan con acceso a la AP-2, ya que una parte de la economía local está vinculada a las paradas de quienes circulan por la N-II.