Que la unión hace la fuerza, de tan manida, es una frase a la que no le prestamos atención suficiente, por mucho que sepamos su acertada sentencia. Esta semana he tenido ocasión de conocer en EEUU uno de sus resultados más sorprendentes, sin ser inaudito, que está dando muy buenos resultados en el país capitalista más duro. ¿Podemos aprender algo de EEUU? Pues si, de su gastronomía nada, pero tal vez de algunas otras ideas, podamos sacar algunas conclusiones como bocetos al menos.
De sus 50 ó 52 Estados ya sabemos que son muy independientes, distintos en sus leyes judiciales, económicas o laborales. Incluso admitiendo que tiene un pequeño Estado que es considerado un Paraíso Fiscal (Delaware) y que utilizan para lo que se suele utilizar estas trampas financieras. Pero no, no intento poner esto de ejemplo.
Me hablaron de la unión de tres Estados, a nivel de trabajo e incluso de que ya habían construido algunas instituciones comunes, para presionar más y mejor al Gobierno Central. Se han unido —para muchos asuntos de inversiones que les afectan a los tres— los Estados de New York, New Jersey y Connecticut. Pero no a nivel de una reunión anual, una cena de gala, unas Comisiones de trabajo de segunda fila. No. Se han unido para proyectar el futuro: carreteras, puertos, aeropuertos, lobbies, proyectos industriales diferentes, leyes sociales comunes, etc.
¿Alguien se imagina a Aragón unido en este tipo de fuerza, junto a Navarra y Rioja? ¿O con Cataluña y Valencia? Nadie puede dudar del concepto “patria” de los americanos, y del concepto libertad de cada uno de sus Estados. Pero han sabido ponerse a trabajar para unir varios Estados y así presentarse con proyectos que tienen mucha más fuerza ante su Capital.
Sin duda es una unión fácil. Solo New York tiene unos 20 millones de habitantes, y con los otros dos Estados asociados a ella, suman 33 millones. Pero las sinergia comunes y sobre todo el factor del mar uniendo necesidades, hace que sean capaces de lograr mucho más los tres Estados unidos que por separado.
En Aragón todavía cuesta llegar a construir la Ciudad Metropolitana de Zaragoza. Nadie se ha planteado (casi) nunca hablar de uniones con Navarra o con Cataluña, con Soria o con Cuenca. Nos da miedo perder parte de nuestra personalidad, de la libertad de ir en solitario. Pero no somos capaces de admitir lo mucho que se puede ganar, si somos capaces de diseñar las uniones, para hacer más fuerza.
Julio Puente