Parafraseando en el título de este artículo en aquel verso de Miguel Hernández, nos encontramos con una realidad en la que, pese a los recientes abandonos de la «burbuja» de explotaciones de fracking solicitadas en Aragón y en todo el Estado, todavía persiste la amenaza de la técnica conocida como fractura hidráulica.
La fracturación hidráulica o fracking es una técnica de extracción de gases no convencionales que se encuentran en rocas subterráneas poco porosas y poco permeables. La técnica para liberar esos gases y llevarlos a la superficie consiste en romper la roca mediante explosiones y en inyectar a presión toneladas de agua, arena y productos químicos, algunos altamente biotóxicos.
Se trata de una técnica que, además de necesitar un elevado consumo de agua, produce importantes daños a la salud y al medio ambiente, a través de la contaminación tanto de las aguas subterráneas como del aire con sustancias químicas, metales pesados e incluso partículas radiactivas, en su mayor parte compuestos tóxicos e incluso cancerígenos.
De este modo ante estos datos aportados por la comunidad científica internacional diversos países de todo el mundo ya han prohibido el uso de esta técnica de fracking o se establecen moratorias y suspensiones.
La postura expresada en este artículo también resulta coherente con la «recomendación de la Comisión Europea de 22 de enero de 2014», relativa a la explotación y producción de hidrocarburos (como el gas de esquisto) utilizando la fracturación hidráulica de alto volumen y la «Resolución de Parlamento Europeo, de 21 de noviembre de 2012», sobre las repercusiones medioambientales de extracción de gas y petróleo de esquisto».
Esta amenaza persiste, como lo demuestra la reciente publicación en el Boletín Oficial del Estado, concretamente el pasado 22 de junio, de una resolución por la cual se señalaba que el proceso de investigación del proyecto Cronos, con posibles afecciones en Aragón, concretamente en la comarca de la Comunidad de Calatayud, tendrá que pasar una Evaluación de Impacto Ambiental Ordinaria. Esta situación ha vuelto a poner de manifiesto sin ambages que, lamentablemente, no es un tema definitivamente «cerrado en la agenda política».
Y es que hay que recordar que, junto a éste, existe otro proyecto pendiente de resolución: el denominado “Aquiles”, que afecta a buena parte de las comarcas aragonesas limítrofes o cercanas a Navarra, como las Cinco Villas, Ribera Alta del Ebro y Campo de Borja. Sin olvidar que, específicamente aragonesas, solo quedan dos peticiones pendientes relativas a esta técnica, tres solicitaron su renuncia este pasado mes de julio, mientras que otras 8 también abandonaron anteriormente la propuesta.
Por estos motivos, desde la representación de Chunta Aragonesista en las Cortes de Aragón se ha presentado una proposición no de ley para su debate y votación en el pleno de las Cortes para que éste se pronuncie políticamente, en esta legislatura, sobre el rechazo a esta técnica y muestre al Gobierno de España su voluntad de dar por concluido cualquier proyecto de fracking instándole a su legislar para su prohibición definitiva.
Además se propone también, sin perder la «visión del bosque» para que este «árbol del fracking» no impida verlo, una acción política para impulsar un cambio de modelo energético, basado en las fuentes renovables y limpias y en el ahorro y la eficiencia energéticas, en lugar de dedicar los esfuerzos a prolongar la dependencia de los combustibles fósiles.
Y, esperando que esta propuesta de Chunta Aragonesista se apruebe en el correspondiente pleno de las Cortes de Aragón, actuando el Gobierno en consecuencia, ya solo nos queda otro verso del poeta, de la misma poesía, para concluir: «Y pasas, y se queda incendiando su cera de invierno ante el ocaso, mártir, alhaja y pasto de la rueda».