Estamos entrando en el año de gestión política más importante, como sucede en todas las legislaturas con el año completo antes del año electoral. Nuestros aciertos o nuestros errores en este año 2018 son los que van a marcar el devenir de CHA desde el 2019 al 2023. Y sobre la mesa política vamos a tener en esos años un enorme trabajo en esa definición que va a sufrir el Estado de las llamadas Autonomías, y donde se va a dibujar un nuevo mapa electoral y de gestión, para Aragón, para nuestros pueblos y ciudades, para la ciudad de Zaragoza.
Permanecer quietos es un gran error. Creer que como organización política tenemos todos los mimbres continuistas suficientes, porque simplemente funcionan como queremos, es otro gran error. La sociedad cambia, y nosotros tenemos que cambiar de forma constante como partido político, para saber adaptarnos a la sociedad para la que trabajamos, y para poderles ofrecer no sólo nuestro trabajo e ideas, sino para incidir que sean las correctas para los intereses ideológicos que defendemos.
Observo desde hace muchos años que la ciudad de Zaragoza para CHA parece fuera de cobertura. Sé que ese presunto ninguneo —que equivocadamente observo—, no está motivado sino por formas y no por fondos. Y por una cierta enfermedad llamada “Zaragoza contra Aragón” que tanto daño nos lleva haciendo cuatro décadas.
Aragón no sería nada sin Zaragoza. Zaragoza no sería nada sin Aragón.
Y engranar esas realidades sociales en un Aragón muy plural y diverso es complejo y a veces extenuante. Pero si en el camino nos dejamos de poner en su lugar a la Zaragoza ciudad, estaremos equivocándonos históricamente. Tanto si se hace a nivel institucional, como si lo hacemos desde cada organización social y política o en nuestras propias organizaciones.
Pero para que Zaragoza ciudad esté en el lugar que se merece, todos y todas debemos hacer un acto de reflexión, más reflexión cuanto más alto sea nuestro sillón de trabajo. Si nos olvidamos de Zaragoza ciudad, no sólo nos estaremos olvidando de más del 50% de los aragoneses, sino de mucho más de ese porcentaje en nuestra capacidad de aragonesizar todo Aragón, pues los medios y fuerzas de comunicación emanan en gran medida desde Zaragoza, por desgracia.
Y los espacios que deja o deje CHA, sin duda, son perfectamente observados por otras fuerzas políticas para ocuparlos con muchas ganas.
Julio Puente