Miguel Martínez Tomey, responsable de Asuntos Europeos de CHA, señala que fijar un umbral mínimo de votos supone un claro retroceso democrático, dificulta la representación de las minorías y excluye, directamente, la posibilidad de que Aragón tenga por sí misma voz y voto propio en el Parlamento Europeo.

La Eurocámara aprobó una reforma de la ley electoral para las elecciones europeas, claramente excluyente, a juicio de CHA, para las minorías políticas. Aragón sale claramente perjudicado porque con esos porcentajes que se pretenden, resulta estadísticamente imposible tener representación directa en el Parlamento Europeo.

El texto aprobado propone que los Estados de la UE cuya representación supere los 35 escaños —caso de España—, deban fijar un umbral mínimo de votos de entre el 2 y el 5% para que un partido obtenga un diputado en las elecciones europeas.

Esta decisión puede ser más grave todavía y está ahora en manos del Gobierno del PSOE, pero sea cual sea la decisión definitiva es evidente que estas barreras electorales son perjudiciales para fomentar la participación y comprometerse en la vida política Europea. En lugar de sumar compromisos y abrir puertas a la participación se fijan límites a la representación. Europa está en una deriva política que estas decisiones agravan.